Oscar Rivera
LOS CHICOS NO LLORAN





Concertamos un encuentro. Pretexto mio el devolverle algunas cosas, quería decirle tantas otras. Interiormente necesitaba captar su atención para que tome conciencia de la extraña energía que percibía en el ambiente, aquella que finalmente me transtornaba poco a poco en la penumbra de aquellas madrugadas.

El Caballero en silencio mantenía su promesa, aunque ella no lo supiera.
Agotado, buscaba estratégicamente que ella pudiera ayudarlo, ayudándose ella misma.
Aquellos combates se tornaban cada vez más pesados.
La lucha era constante cada noche,
mientras que la desesperanza
se apoderaba de la mente del caballero,
ésta fue opacando su arma más letal.

La conversación fue larga. Por momentos no supe entender aquel brillo acuoso en sus ojos. Me preguntaba ¿podrían ser lágrimas de molestia, fastidio? Por cómo podía ir aquella conversación, y por el tono de su voz, no creo que la respuesta hubiese sido esperanzadora para mi. Así pensaba, sea cual sea la pregunta sentía que ella evadiría la respuesta. No sabía por que me encontraba en un estado tan derrotero, pese a saber que la actitud debía ser otra sí quería un resultado distinto. Todo aquellas cosas buenas que había pensado decirle, no se las dije, unas cuantas quizás, y las preguntas que había pensado hacerle no se las hice. Algo me detenía.

El Caballero ahora sentía aquella extraña energía del ambiente
 con una gran fuerza, como en un comienzo
cuando aquellas visitas en la morada de la doncella,
como su acrecentamiento en algunas últimos encuentros.
Hoy había cobrado gran auge.
Así se bandeaba entre lo que quería decir y lo que podía decir,
las ideas no eran ordenadas.
La recordada doncella interrumpía cualquier intento de remembranza
y él no podía enviar el mensaje deseado.
Pensaba en la manera de continuar la lucha... en silencio.

Camino al paradero le regalé un escapulario, de la Virgen del Carmen. Le gustó, hacía buen tiempo que no la veía sonreir. Le expliqué someramente sobre las energías percibidas, aquellas causa de mis pesadillas. Quería que ese escapulario sea un símbolo de protección, era de alguna manera que me ayude sin que lo supiera, pues sería ella quien debería evitar las energías, quizás era esperanzarme a que pueda ver lo que yo veía. Le di ciertos tips, le hable de energía, ella evitaba conversar sobre nuestra relación. Nunca le pedí una oportunidad, o algo por el estilo.
Llegamos a su casa, quiería mantenerme a su lado y a la vez queria distanciarme para no sentir el sinsabor a estar lejos de ella.

En la puerta de su casa le conté los detalles de mi primera "pesadilla", visión o experiencia con aquella bruja, todo el proceso de identificación, quería que de alguna manera esté segura por sus propios medios, que crea por un momento en mí como lo hacía antes, y luego proceder a despedirme.
Mientras tanto los pensamientos en mi interior se agitaban en desorden sin poder organizarlos, y por fuera trataba de actuar lo más coherente posible.

"Te pediría perdón si supiera que eso cambiaría tu forma de pensar,
pero sé que esta vez ya he dicho demasiado y he sido descortéz...."

Luego de haberme despedido de ella con un abrazo de sabor a resignación, giré para regresar por donde vine. El camino para llegar a la esquina de esa cuadra se hizo infinitamente largo, mil ideas pasaban por mi cabeza, muchos recuerdos, algunos como la última vez que estuve en su casa y me despedía de la bebe entre mutuas lágrimas, ese recuerdo era el que más quería evitar, así ofrecí resistencia para voltear la mirada hacia ella, para verla un momento como si fuera la última, o ver su puerta cerrada.

"...traté de reirme al respecto, cubrirlo todo con mentiras,
intenté reirme sobre ello, escondiendo las lágrimas de mis ojos..."
Sea como sea el nudo en la garganta guardaba muchos sentimientos, dejé de mirar al suelo, no vaya a ser que la gravedad coadyuve a lo que mis ojos se encargaban en ocultar, y me enfocaba por llegar a aquella aún lejana esquina,  mil ideas pr mi cabeza y andaba por la casa de al lado.
"...podría arrodillarme a tus pies, pedir perdón, rogartelo,
pero sé que ya es muy tarde, ahora no hay nada que pueda hacer..."

Quería decirle que aún la amaba y que no importaba los problemas, las cantidades de pesadillas que tenga o tuviera, aún así cumpliría la promesa que le hice en esa misma puerta. Sí... que aún la amaba.
"...te diría que te amo, si pensara que fueras a quedarte,
pero sé que es vano, tu ya te fuiste..."

Confié demasiado en aquella seguridad que tenía de que me amaría por siempre, y en el proceso no estuve a su lado cuando ella me lo requirió, pensé que conversando luego, lo solucionariamos. Pensé que nuestro amor era más fuerte, en algún momento ambos colaboramos en debilitarlo.
"...prejuzgué tus límites, te presioné demasiado,
dí por aceptado que me necesitabas más..."
Un conflicto entre razón y sentimiento hacían esa cuadra más larga. Así, sin saber por que me había vuelto tan suceptible, nuevamente me contuve para no voltear, y evitar unas repentinas gotas en mis mejillas, pese a que la vista ya se me empezó a nublar. Recién avanzaría a la altura de la segunda casa vecina.
De otro lado haciendo mi antesala para la noche o mejor dicho para las experiencias de cada madrugada, me preguntaba que tipo de pesadillas tendría esa noche.
Sabía que no debía acercarme a ella por mi propia estabilidad, pero el corazón no podía entender eso. A cada paso que daba hacia aquella lejana esquina, el tiempo se hacía más lento, tomaba más conciencia de cada segundo alejándome de ella.

"...ahora haría cualquier cosa, porque vuelvas a mi lado,
pero solo sigo riendo escondiendo las lágrimas en mis ojos..."
Levanté la mirada un poco más arriba de lo normal, casi mirando al cielo para evitar que las consecuencias de la fuerza de gravedad brotaran desde mis ojos, respiré profundamente para lograr la calma y  aferrame a alguna idea que me tranquilice, por tonta que fuera.
Así recordé una que decía...
...los chicos no lloran.

Extrañamente esa noche fue un parentesis en mis suplicios nocturnos, no hubo pesadillas puesto que cuando abrí los ojos, fue para ver la luz del día.

Boys don't cry  - The Cure

The Cure - Boys Don't Cry por umusic
I would say I'm sorry
If I thought that it would change your mind
But I know that this time
I have said too much, been too unkind

I try to laugh about it
Cover it all up with lies
I try and laugh about it
Hiding the tears in my eyes
'cause boys don't cry
Boys don't cry

I would break down at your feet
And beg forgiveness, plead with you
But I know that, it's too late
And now there's nothing I can do

So I try to laugh about it
Cover it all up with lies
I try to laugh about it
Hiding the tears in my eyes
'cause boys don't cry

I would tell you, That I loved you
If I thought that you would stay
But I know that it's no use
That you've already Gone away

Misjudged your limits
Pushed you too far
Took you for granted
I thought that you needed me more

Now I would do most anything
To get you back by my side
but I just, keep on laughing
Hiding the tears in my eyes
'cause boys don't cry
Boys don't cry
Boys don't cry

Oscar Rivera
EL HECHIZO DEL HALCÓN



31 de octubre de 2009
Hubo notado en aquel encuentro, que algo extraño manteníales separados pese a estar el uno frente al otro. Aclaraciones pasadas lo hacían reflexionar sobre la distorsionada captación de las cosas que tuvieron el uno respecto del otro, al momento de darse explicaciones ninguno intento decir lo que el otro entendió.
Así en conversaciones el organismo reaccionaba distinto, algo impedíale explicarle lo que tan amorosamente podía hacer y un sentimiento de aparente indiferencia parecía mostrarse ante ella, y captarse de igual manera de ella hacia él.

- ¿Y que fue de  tu viaje?
- Lo dejé
- ¿pero por que lo dejaste?
En el vacío de mi pensamiento, cosas que pasaron e imprevistos a solucionarte, concluía
- Por quedarme con ustedes
- ¿pero por que hiciste eso?
No hagas eso, ni  por mi, ni por nadie
Parecía que esas últimas palabras transformaron toda mi percepción de las cosas y me centraron en un estado de incredulidad por lo que yo decía.
Sin lugar a duda, cuando la hirieron, la hirieron de tal manera que no concebía lo que era parte de un sacrifiio de amor, o si lo supo ya lo había olvidado... o quizás existía una tercera razón.

Algo me invitó a alejarme un rato de ella, vamos! que la comida nos cayó mal. Habrá sido la bilis y el comer, pero esa sensación nauseabunda no me la podía quitar, pasé un buen rato en el baño, disimulando mi estado, cuando entraba alguien. Tenía que regresar pronto a esa mesa y cuando estaba apunto de salir la sensación regresaba. Me tranquilicé respiré profundamente mirando con determinación hacia el espejo, tranquilidad. Lograda la calma regresé a la mesa y luego ella se levantó un buen rato. Concluía yo, vaya que la comida es una porquería acá.

Luego de acompañarla, procedía cubrir un evento de ciencias y extrañamente todo empezó a complicarse, desde los elementos que hacía uso para cubrir el mismo, hasta para la misma forma de comunicarme y poder solucionar el himpase. 
"Que casualidad que estas cosas suceden cuando me encuentro contigo", pensaba, y como ya leímos antes las casualidades no existen.
Me sería bastante extraño si es que en realidad hoy salimos a bailar, quizás esta noche de halloween pueda romper aquel hechizo que siento en el ambiente, y como cuenta la tradición sólo el amor puro sellado con un  beso puede romper los hechizos.


Noviembre 2009
Luego de reconocer a una amiga después de casi 2 semanas que la había agregado al chat, procedí a reunirme con Isabel una querida amiga de la universidad. Nos juntamos con Cecilia amiga suya y también bastante amiga de Maria Alejandra. Conversamos amenamente de temas variados, fue bastante divertida aquella tarde en que aprovechando una promoción de aquel local de comida rápida, dejamos en la ventana unas pegatinas en forma de mano con los nombres escritos en ellos, al menos eso fue en el de ellas, yo no lo hice en la mía, queriendo dejarle un mensaje un tanto subliminal a Cecilia.
"Sí voy a apoyar a alguien lo hago de corazón, no es necesario que lo ande exhibiendo para hacerlo, o decir hey! si yo fui". Entendiendo que algún día pudiera entender mi punto de vista de aquella relación y lo que percibía.

Acabando de comer, fuimos caminando en dirección de casa de Cecilia. Embarcaríamos a Isabel en el camino, y ya a solas tomamos la conversación por la parte que era inevitable. 
¿Y que pasó con Maria Alejandra? - preguntó Cecilia -
Curioso mundo que se me abrió en 2 pasos y una mirada perdida hacia el suelo, y pasó por mi cabeza todo lo que ya les he contado, las pesadillas que tenía cada noche parte de la evidente pérdida de peso que había visto en mi, las sensaciones que tuve en casa de María Alejandra, las complicaciones a la llegada del padre de la bebe, el alejamiento tras la llegada de la madre de este, el como le absorbía el tiempo planificándole los encuentros, como de un momento a otro, tras esa manipulación ella se volvía su prioridad y ya no tenía tiempo para mi, como de un momento a otro me resentía por esas actitudes y en vez de ganármela más el afecto de ella, me alejé de ella puesto que no quería presentarme a la abuela paterna de la bebe. Es que dicen ten a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca. Sin lugar a dudas ella le había hecho algo lo noté en sus expresiones, ya se me había sido advertido en sensaciones, y finalmente te podría decir a ella le han hecho daño desde un plano metafísico, o energético, pero que sabrías tú de estos temas mi querida amiga Cecilia - medité, y finalmente sólo le dije:
Es que ella me pidió un tiempo, yo no lo supe entender y la agobié con algunas no gratas e inoportunos reclamos, de aquella vez cuando la encontré con un amigo. Y bueno ahí quedó.
Me abstuve en explayarme en el tema, me abstuve de contarle mis continuas penurias nocturnas y cambie de cambiar de tema.
Ahora estoy más enfocado en mi título y pues eso
Nos despedimos de una forma grata y ese es el recuerdo que siempre tengo de ella, con una gran sonrisa deseándome lo mejor.

La leyenda de la mujer halcón
Reflexionaba yo con aquellas historias mágicas contadas: El hechizo del halcón; también conocido como la Leyenda de la mujer halcón, es la historia de un amor trágico entre 2 personas que no pueden estar juntas a causa de un terrible hechizo que realizó un Obispo. ¿Qué santo su ilustrísima, no? Ella se convertía en halcón durante el día, y él en lobo durante la noche. En conclusión no podían estar juntos, y rabiando me  decía: vieja de mierda!! sabes que eso se te regresa triplicado no?

Al igual que el lobo, yo ansiaba verla y estar cerca de ella, cuidarla como era debido, así que de noche en esos conflictos nocturnos ella estaba presente mientras yo era guardián de sus sueños a través de mis oraciones.Y en esa necesidad de verla, también necesitaba pedirle ayuda en ese tema en el que ella era entendida y tenía el don, que tanto se negaba a aceptar. En ese intento, quería darle algo mío para que me tenga presente, y que me ayude con este conflicto espiritual, si es que quería tomarle conciencia.