Oscar Rivera
Por aquellas coincidencias de la vida, el no poder encontrar a esta parte un título
y los distintos eventos cotidianos  han abarcado la totalidad de mi tiempo.
No logro hacer memoria de lo que hace mucho intento, 
y no ayudan las pausas reflexivas desde hace mucho para este capítulo.
( agosto- septiembre - octubre 2011)

Vida cotidiana: Una que otra eventual salida, recogerla de su trabajo, interactuar con asesorías de índole laboral en su trabajo las cuales ella me contactó, pasarla con Mary la nena y su familia por parte de mamá por lo general, el agobio telefónico causadas por continuas discusiones con el padre de la bebé, una eventual mirada de preocupación, migrañas, dolores de columna, dolores de cuello, el cansancio de la abuela por cuidar a la bebe durante el día.

En Lima, septiembre de 2009 no se mostraba tan primaveral en un clima de tensión y preocupación. Los eventuales comentarios que la abuela de Mary me hacía en privado, concluían con la frase "pero no le vayas a decir nada a Mary, ya?" y no eran para nada de mi agrado.
Alguno si se lo mencioné, puesto que la confianza que debería prevalecer, era la que tenía hacia Maria Alejandra y no con la abuela.
Dicotomía: de un lado pensaba darle gusto para tenerla de mi lado, pero si la complazco a ella antes que a Mary, no estaría tan acorde.
De otro lado, ¿que tanto me valdría complacerla, si no estoy seguro de los propósitos de sus comentarios?.
La incertidumbre no me permitía ver con claridad el panorama, ver si se trataba de algún tipo de manipulación experimentada o asesorada vía telefónica con quien ya compartía prolongadas conversaciones, efiriéndome a la abuela paterna de la pequeña.
Para una señora muy asidua a las telenovelas, a las encrucijadas y dramas que comentaba tan vividamente, no sabía hasta que punto podía llegar su diplomacia, su inocencia o su manipulación con esos comentarios.
De ser así mi presencia aunque continua no era perenne en casa de la abuela de Mary. Si esa incertidumbre iba a estar presente, ya era momento de continuar con nuestros planes de convivencia como lo habíamos conversado antes. Sentía una especie de aletargamiento y necesitaba darle más impulso a nuestros propósitos. Parecía como si algunas cosas se detuviesen.

Aquella noche cuando ella advirtió mi sangrado, cuando tomé conciencia indefectible de que algo extraño sucedía alrededor de nosotros, me quedé meditando por algunos ratos durante la cena en su casa buscando soluciones en mi mente, entre juegos con la nena y conversaciones con la familia, llegó la hora de despedirme.

Mientras ella se preparaba para salir a despedirme, yo me encontraba en el pórtico de entrada a la sala,  era aquel espacio que conectaba hasta la puerta de la calle, aquel lugar donde muchas veces el aire que recibía me quitaba esa opresión en el pecho, esa inquitud que sentía cuando me encontraba en el interior de la casa.
Como algunas veces a manera de relajación, aproveché para encontrar mi sosiego cerrando los ojos y respirando profundamente de forma relajada, la brisa que frecuentaba venir con una sensación de paz, esta vez se hizo presente de una manera extraña. En vez de relajarme atravesó mi cuerpo, literalemente, no divisaba imagen alguna en mi mente, era como sintonizar una radio con mala señal como si ciertos mensajes vinieran a mi  mente con interferencia y sólo una sensación de alerta me advertía... se viene algo feo.
Entre esa confusión era una mezcla de alerta, me invitaba a alejarme y al a vez me invitaba a aceptar un gran reto. La tuna marcó me había enseñado a enfrentar los retos y a salir de ellos de una manera airosa.
Esto debía contárselo a María Alejandra, no debían haber secretos entre nosotros y necesitaba que esté consciente de lo que percibía.
Al llegar ella le dije:
-Mary escuchame con atención lo que te voy a decir, algo feo se viene... siento algo raro en el ambiente, algo feo y fuerte...
-como que? ... a qué te refieres con algo feo? a mi abuela?
-No, no es con tu abuela, ni tu abuelo ni la nena, es hacia nosotros.
-Están haciendo algo para separarnos,
-Algo como que?
-Como que? mira yo no creo mucho en eso, pero podría ser que estén haciendo cosas raras.
-Quién ?
-No sé, pero lo siento
-No creas en eso, no le des importancia, si no crees en eso no pasa nada
-Me atrevo a decir que hay algo o alguien que busca separarnos
-No seas tontito amoshito siempre vamos a estar juntos, además...como crees? nunca nos vamos a separar recuerda que te amo... 
Procedió a abrazarme y el confort vino a mi nuevamente, nos faltaba más de esos momentos por tanta tensión en el ambiente.
Curioso el lugar donde me lo dijo, tomando como referencia la puerta de la calle de su casa fue a una distancia diametralmente opuesta del lugar donde yo le prometí que nunca la dejaría.


Luego de salir de allí y camino a a casa, pensaba en la forma de como sacarla de ese entorno de tensión, de modo que era momento de continuar con nuestros planes de convivencia.
Por un tema económico, dependiente diría yo, tenía que hacerle la consulta a la dueña de la casa en que vivía, puesto que el aumento de personas acarrearía gastos y económicamente dependía de esta persona por el negocio que llevábamos juntos, esa persona era mi madre.
Ella ya había conocido a la bebe y a Mary obviamente, el cariño que le mostró y esos engreimientos no se los había visto nunca, de modo que sería un formalismo.
Le comenté que queria vivir con Mary en el minidepartamento del cual yo ya hacía uso, lo cual implicaría pagar un dinero correspondiente a cubrir los gastos que ello implique, me dijo:
- Sí está bien.
Un gran alivio, una buena noticia que coadyuvaría a afiatar la relación con Mary, y sacarla de ese entorno de tensión. La respuesta me trajo calma, pero por poco tiempo, puesto que a unos cuantos segundos me requirió:
¿perdón, cómo dijistes? Para vivir con ella y la bebe?
En su tempermental reacción cambió su opinión para negarme lo ya otorgado.
 Que es un tema complicado con niños, ya he pasado por eso...

No sé en que carajo estataría yo pensando,  si era sólo un formalismo.
No entendía porqué si se lo permitió a mi prima y me lo negaba. Súmabase otro traspiés a mi relación con Mary.

Sabiendo con que no contaba con ayuda en mi casa, ni en la de Mary, veía cada vez más lejana y complicada nuestra realación, poco a poco entrábamos a un espiral de problemas.

La abuela paterna de la nena ya había avisado su visita, la ex-cuñada sugería continuamente a Mary el ir a recibiras al aeropuerto cuando lleguen, que la abuela paterna quería conocer a su nieta.

La abuela de mary insinuaba poco sutilemente las respuestas a ello, yo le daba calma a Mary que no habría problema por que era la familia de su hija. Allí  fue cuando dijo: pero que estos no entienden que yo no tengo nada que ver con ellos, de alguna manera esa respuesta causaba cierto confort, de que ella tenía las cosas claras. 

Visitas Esperadas

Pasaron los días y teníamos la llegada de la abuela paterna por un lado, el padre de la nena por otro. Madre e hijo no se hablaban desde hace mucho y por parte del hijo no había intención de hacerlo.
Luego de conversaciones y algunas persuasiones de Doña Ada (la abuela materna de Mary) las cosas tomaban cierto entendimiento para que la bebe se acerque a su familia paterna.


Llegado el día Mary fue a recibirla. Yo por mi lado aprovecharía para enfocar más atención en el negocio con mi madre.




Fui a ver a Mary luego de que llevó a la nena a conocer a la abuela.
Y Mary que tal como te fue? le pregunté
Mientras me contaba que todo muy bien que la señora se mostró muy amable y superengreída con la nena, mostraba los regalos que había traído, le contaba sobre su otra nuera separada de su otro hijo, empecé a observar como se expresaba Mary.
Ella ya no era ella, su aura había cambiado, sus manías, su forma de expresarse, sus ideas y su lenguaje corporal era distinto.
Esta vez ya no hablaba del apoyo a su concuñada como hace mucho tiempo lo hacía a través la red, esta vez resaltaría la mofa que hacía la recién llegada señora respecto de la actitud de la concuñada. Sus gestos eran distintos  y toscos mientras me preguntaba ¿qué rayos dice su lenguaje corporal?

La observé como si me dispusiera a examinarla y en silencio me preguntaba que estaba pasando. 
Me reprochaba como permití esto… dejarla expuesta. No obstante ello, la fuerza de nuestros sentimientos, de nuestro amor, sería más fuerte y podría contra todo lo que se nos interponga… y recordando que ella no le gustaba hablar de temas esotéricos, u extraños tras la promesa que ella misma me hizo, estaba seguro, tranquilo y confiado…pero algo poco a poco me llevaba a la inquietud y expectativa. La experiencia me había enseñado a prever, y quería evitar, cambiar aquella fatídica sensación que me abrumaba y no sabía explicar, era como si quisiera gritarle por dentro no te acerques a aquella señora. 
Le dije: vez todo salió bien no había porqué preocuparse tanto.
Luego me comentó de cuando sería la próxima reunión  y que quería pasarlo con todos sus nietos.
Tanta frecuencia de reuniones, me causaba cierta inquietud, la preocupación  de su influencia, el que Mary esté más influenciada por la Sra. Ada que por su propia madre, traté de advertirle que no haga tan frecuentes las visitas pero la influencia de la familia o quizás algo dentro de ella pudo más.

cuentos pseudomedievales
...El caballero solía tener pupilos con quien compartía el conocimiento de ciertas practicas marciales durante las primeras horas del septimo día según el calendario gregoriano. Así aquel sábado luego del entrenamiento, se preparó como muchas tardes para enrrumbar a la comarca donde residía su amada doncella, sólo que ésta vez con cierta expectativa que lo mantenía preocupado, pues los espíritus guardianes hubiéronle advertido de algunos ingratos tiempos en días venideros. Él a sabiendas de ellos aceptó la advertencia, y cual reto sería tomado con hidalguía, pues tenía el gran amor de su doncella y de la pequeña hija de ella, a quien quería como propia.

Aquella tarde el caballero la miraba con cierto recelo, pues la doncella irradiaba un extraño aura. Caía en cuenta de memoria pasada y confiándose de palabras de ella, que nada los separaría sentía que quizás ello que percibía debía ser ignorado, como su doncella se lo dijese.
Cual observador silencioso reflexionaba de lo que por conocimiento sabía que podía pasar. Ajeno y receloso a esas practicas relacionadas con lo oculto, las cuales se negó a aceptar, llegaba resignado a unas conclusiones.
Meditaba internamente le han dado algo…¿como explicárselo?…no encontraba la manera…ella me prometió que todo estaría bien y yo confiaría en su promesa y nuestros sentimientos… o al menos se supone. 
El caballero sentía que su estrategia debía cambiar. Su expectativa condújole a asumir una actitud defensiva, él quería actuar con inteligencia, pues si de persuasiones se trataba, la hermandad le hubo enseñado muchas, y no permitiría que aquellas llegadas avasallaran su quietud y relación con la doncella.



El tiempo parecía sumársele en contra y los vientos obscuros parecían abrirse campo en su panorama. El comercio se tornaba de no muy fluido  parecer, y la preocupación empezó a tomar más presencia que de costumbre, aquella angustia avanzaba del pecho a la cabeza y  los pensamientos en esta tornáronse caóticos  . 
La paz que encontraba con ellas no  podía ser lograda , puesto que los momentos dejaron de ser tan frecuentes. el caballero compartía más momentos con la preocupación y la llegada del padre de la pequeña  le restaría tiempo con ellas, dejándolo más tiempo  con la soledad. 



Concluía de diversas historias sabidas, algunas de similar situación: a las moscas se las atrae con  miel, no con hiel. Percibió que el actuar de la recién llegada era esa, y por alguna razón él no  hacía lo mismo.