Oscar Rivera
Mientras que las noticias internacionales sobre la muerte de Michael Jackson y las noticias nacionales sobre el asesinato de la cantante folklorica Alicia Delgado inundaban todo tipo de medios de comunicación, yo me rompía la cabeza a través de la ventana de un taxi para saber como empezar esta historia.

Y es que esta historia está basada en hechos y personajes reales, razón por la cual en algún momento cambiaré los nombres de los protagonistas en razón de salvaguardar su intimidad, a excepción de Maria Alejandra personaje principal de ésta historia que me dio permiso para poner su nombre.







"Todo empezó en la universidad un día del año 1998, sé que fue una mañana, no recuerdo el día, ni el mes."


Transcurrían el quinto día del mes de febrero del 2009, por alguna razón quizás engendrada en mi reciente viaje a la ciudad del Cusco, tenía la predisposición de buscar becas para estudios en el extranjero, de modo que dedicaba algunas horas al internet para navegar... y tambien chatear.

El facebook se había convertido en mi principal distracción desde el año pasado y agregaba con cierta cautela a cuanto amigo se me cruzara en el camino, mientras intentaba esquivar los comentarios absurdos de mi última ex-enamorada ("Fairusa") quien usaba otras cuentas para enterarse de mi vida, y mis afanes. Al haberla bloqueado empezó a agregar a mis amigos y contactos, entre ellos a mi ex-ex-enamorada ("Sara") y a mi ex-ex-ex-enamorada también ("Josefina").

Josefina me ayudó de alguna manera a contrarrestar los absurdos comentarios de Fairusa cuya intención no era resaltar mis virtudes si es que agregaba a un nuevo contacto y sobretodo si ese contacto era una mujer. Nunca me di por eneterado si contactó también a una escocesa que conocí en mi último viaje al Cusco. Curiosamente por esos días alguien obtuvo la contraseña de mi correo. Cómo me di cuenta pues, ¿has abierto alguna vez una postal online desde tu correo, y cuando le has dado click te pide tu conraseña?

Recordé que esa era una manera de hackear, ya que las postales o tarjetas on-line se abren directamente sin que tengas que ingresar tu contraseña. Si tienes que hacerlo pues es una página clonada cuyo fin es obtener tu contraseña cuando te la pide.

Fue curioso lo sucedido, al día siguiente de cambiar mi contraseña, procediendo con la sistemática revisión de mi correo, ví las invitaciones de amigos al facebook, y llegué a una que me hizo reparar 3 veces de distinta manera:

"Maria Alejandra desea que sean amigos en el Facebook"

Con cierto escepticismo pensando quien podría ser, reparé en ver de quien se trataba y al ver algunos detalles y amigos en común expresé en voz alta la primera vez:

- Ah! Maria Alejandra!!!...
Con nostalgia y gratitud, retrocedí 10 años en el tiempo, cuando era estudiante del 4to año de Derecho de la Universidad de San Martin de Porres, y recordé con emoción aquellos días en los cuales una estudiante de primer año había cautivado por completo mi corazón, tanto que titubeaba si estaba frente a ella llegando al extremo de no poder hilar muchas oraciones.

Podía ser extrovertido con todo el mundo, pero frente a ella todo cambiaba, tanto así que recordé alguna vez la rosa que le dí y las cortas plabras que le dije, lo que contaré más adelante.

Finalmente recordé también que, entre aquellos chismes lejanos que te cuenta el amigo de un amigo, me habían dicho que se había casado con un conde y que vivía en España, por lo que mi segunda expresión fue:

- Ah....Maria.... Alejandra...
De pronto la nostalgia se volvió tristeza, la tristeza melancolía, y así fui añorando en mi cabeza regresar a aquellos días. Finalmente una resignación a lo sucedido balanceaba el "mouse" entre dos opciones: aceptar o rechazar; como queriendo olvidar y negar algún sentimiento guardado e insuperado por lo que algun día dejé de hacer. Regresando un poco al presente y aceptando mi curiosidad sobre su vida y sobre aquella invitación pasé a la tercera expresión:

- ¿Maria Alejandra?
Pues con cierta duda, y sorpresa a la vez me disponía a saber que fue de su vida. Mi timidez hacia ella cuando estudiante, el tiempo se había encargado de quitármela, pero no así la incertidumbre de lo que dejé de hacer y el por qué, ellos seguían en mi cabeza.
El amor dejado al olvido.

La sonrisa que se advertía en su foto derrochaba mucha alegría al lado de su pequeña de tan solo año y medio de edad.
Acepté su invitación y le dejé el siguiente comentario

Oscar Rivera Que sorpresa y que gusto encontrarte por estos lares, espero que todo te vaya bien con la familia, un fuerte abrazo desde Perulandia.
el 05 de febrero a las 18:33 · 

Comentario que de por sí pretendía ser sobrio y amical, y que atrás de él ocultaban muchos sentimientos nostálgicos... ayer fueron 5 meses desde aquel comentario.

Para concluir ésta parte diría que pasaron 10 años para que alguna vez me dé por enterado que ella se interesaba por mi, o si tenía alguna curiosidad, pues para mi esa invitación era muestra por primera vez de un interés hacia mi por parte suya.

Debo decir que me equivoqué, pues no había sido la primera vez que se interesaba por mi y hace poco me enteré de ello.
4 Responses
  1. El Aprendiz Says:

    bien ahi pajaro con tu historia en los tiempos que fuiste timido, ahora eres timida.
    Quien no ha tenido un amor imposible, mas por nuestras propias limitaciones que por el objeto de nuestro deseo.


  2. Unknown Says:

    Partuno
    Me identifico plenamente, tu historia parece la mía, tus recuerdos los mios, pero tengo que hacer un distingo, tu relato es muy singular y el uso de la palabra también. Me alegro por ello.


  3. moniquebella Says:

    Asi es la vida querido amigo, todos hemos tenido algun amor imposible que solo el tiempo se encarga de no serlo mas...estoy muy feliz por ti y adelante.


  4. Anónimo Says:

    Mi buen Oscar: Esta bien perder con el enemigo esta ,bien perder con un adversario mejor preparado que uno , pero perder con uno mismo...............Mi padre de niño me enseño que los problemas solamente hay que enfrentarlos , si huyes a los problemas con el tiempo los problemas te a persegir.

    atte Tuno Oggy


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